Miroslav Tichy nació en Kyjot una pequeña ciudad de Moravia. Lo que el siempre quiso ser fue pintor y fue etiquetado como fotógrafo contra su voluntad. Estudió pintura, pero al final no encajó en la Academia de las Artes Escénicas de Praga y volvió a su pueblo donde se dedicó a la pintura durante 50 años de forma ininterrumpida.Después renunció a la evolución de su obra y se centra en el dibujo, dedicándose al tema de la mujer y adoptando siempre un visión marginal de la realidad. En los años 70 se ve obligado a dejar su estudio y se refugia en el mundo de la fotografía, pero nunca desde los cánones convencionales. Para empezar no tenia cámara fotográfica y se fabricó un artilugio de su propia invención a base de latas, cajas de zapatos, corchos de cerveza y lentes oftalmológicas. Era a ojos de todos un bicho raro, con una cámara que se caía a pedazos y empeñado en seguir captando la esencia que le fascinó de por vida, las mujeres de Kyjov. Amas de casa, lavanderas, niñas de colegio, telefonistas, prostitutas... eran su obsesión.
Olga Mala responsable de su última gran exposición en vida , dice que sus imágenes " no se limitan a mujeres, sino que componen un testimonio fidedigno y autentico de un tiempo y de un lugar, filtrado además por una sensibilidad inconfundible". Su pintura nunca llegó a ser valorada, pero sus fotografías han sido expuestas en las más selectas galerías de Berlin, La Haya,Nueva York, San Francisco o París y ninguna costaba menos de 10.000 euros. Su primera exposición tuvo lugar en el año 2004 en la Bienal de Sevilla y la más completa la presentó en Praga. El no daba gran importancia a su obra fotográfica, el decía " que para ser famoso solo hay que hacer algo, tan, tan estúpido que nadie lo haya hecho antes ".
Sus enfoques a menudo eran incorrectos y sus negativos frecuentemente rayados, desaliño en el hacer fotográfico que no era más que la prolongación de su persona, siempre con el aspecto de un sin techo al que la historia del arte decidió dar cobijo. Murió solo igual que había decidido vivir. / para mí un personaje interesante que llamó mi atención y decidí pintar como homenaje también a lo que no pudo dedicar su vida, la pintura.
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