Porque es áspera y fea
porque todas sus ramas son grises,
yo le tengo piedad a la higuera.
En mi quinta hay cien árboles bellos,
ciruelos redondos
limoneros rectos
y naranjas de brotes lustrosos.
En las primaveras,
todos ellos se cubren de flores
en torno a la higuera.
Y la pobre parece tan triste
con sus gajos torcidos que nunca
de apretados capullos se visten.
Por eso,
cada vez que yo paso a su lado,
digo procurando
hacer dulce y alegre mi acento :
Es la higuera el más bello
de los árboles en el huerto.
Si ella escucha,
si comprende el idioma en que hablo,
! que dulzura tan honda hara ruido
en su alma de sensible árbol !
Y tal vez, a la noche,
cuando el viento abanique su copa,
embriagada de gozo, le cuente :
Hoy a mi me dijeron hermosa.
(Juana de Ibarburu )