sábado, 18 de agosto de 2012

Primeros amores

Cuantos amores hemos tenido a lo largo de nuestras historias y como nos modelaron con paciencia y cariño hasta llegar a ser lo que somos. Y cuanta pena sentimos cada vez  que alguno de ellos nos deja y tenemos que despedirlo, bien porque la vida avanza y hemos de separarnos físicamente o bien porque la muerte nos obliga. La cronología personal presenta al primer ser con el que a lo largo de toda la existencia mantendremos una relación de amor incondicional y perenne. Es una persona que está presente tanto en los momentos buenos como en las dificulta des que arrastra esta vida biológica y finita en el espacio y en el tiempo y son las madres esos seres especiales e incombustibles al paso del tiempo. El padre está tan cerca que aparece en el mismo instante de la llegada al mundo, con un profundo amor que se expresa de forma algo más austera pero igual de intensa, con un corazón lleno de sentimientos y un deseo infinito de ayudar a crecer. Ambos son los que constituyen los límites de tanta pasión transformada en un nuevo ser. Es tanto lo que se quiere a los padres que muchas veces duele su ausencia y la presencia es tan tranquilizadora como el más potente de los hipnóticos.
Y que decir de los abuelos. Personas especiales que culminan su ciclo de amor iniciado en los hijos ahora trasnformados en padres, aportan miradas afectuosas, cálidas caricias, palabras enriquecedoras y juegos continuos. Interpretan una melodía perfecta junto a los padres, son profundamentte queridos y sus casas están llenas de fantásticas historias y recuerdos. Las comidas de las abuelas son las más próximas al cielo de los paladares y sus dulces y postres son maravillosos y los más deseados. Sus muertes cuando somos niños suelen provocar los primeros llantos sin consuelo, pero sus recuerdos nos acompañan toda la vida y por muchos años que pasen siempre están ahí.
Llegan los hermanos. Esos seres que te acompañan en tu desarrollo, que generan gratuidades, defensas, buenas risas y algunos llantos. Mezclan tanta variedad de momentos que son inolvidables. Los hermanos son para toda la vida y con ellos descubres los primeros juegos. algunas rivalidades y mucha comprensión y compañía. La muerte de alguno de ellos te deja sumido en la tristeza por su ausencia y te sitúa ante tu propia fínitud. Cuando miras atrás y recuerdas al que no está te invade la melancolía y la esperanza en una vida mejor.
Los amigos, esos que aportan las primeras complicidades de un mundo diferente al de la familia.
El amigo es con el que compartes libros, apuntes, secretos. horas de conversaciones, juegos y confidencias de amores de adolescentes. No es necesaria su presencia física para saber que están ahí, pasan los años y un mínimo encuentro les devuelve la intensidad y la frescura de lo vivido.
Al igual que su autor, le dedico, estas lineas tan auténticas, a todos los abuelos, padres, hermanos y amigos que nos ayudaron a ser lo que somos y a los que ya nos dejaron pedirles que nos sigan aportando su ayuda.
Cuando leí este artículo lo vi tan lleno de vida y de realidad que quiero transmitírselo a todos los que tengáis a bien pasaros por mi blog, os gustará. Su autor es José Maria Fernández Chavero ( Psicólogo Clínico). 

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